DE RAMOS A PASCUA DE RESURRECCIÓN. Breve resumen del día a día de esta Semana Mayor en nuestra Comun
"En el misterio pascual, Dios Padre, por medio del Hijo
en el Espíritu Paráclito, se ha inclinado sobre cada hombre
ofreciéndole la posibilidad de la redención del pecado
y la liberación de la muerte". (Juan Pablo II)
La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús y para aprovechar todas las gracias que esto nos trae. Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios. Por eso son días santos.
DOMINGO DE RAMOS
Jesús entra a Jerusalén en medio de una multitud que lo aclama como el Hijo de Dios, como rey con cantos y palmas. El gesto de Jesús, gesto profético, que entra como Rey pacífico, Mesías aclamado primero y condenado después, para cumplir en todo las profecías.
El Domingo de Ramos abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las Palmas y de la Pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca la Pasión del Señor.
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JUEVES SANTO
Es el primer día del Triduo Pascual.
Por la tarde sube a Jerusalén. Este día recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, le lavó los pies dándonos un ejemplo de vocación de servicio del mundo y de la Iglesia.
En la Última Cena, aquella memorable noche la entrega de Cristo llegó a hacerse sacramento permanente en un pan y en un vino que convierten en alimento su Cuerpo y Sangre para todos los que quieran recordarle y esperar su venida al final de los tiempos, quedando instituida la Eucaristía. Es el jueves santo cuando instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio.
Como dice el prefacio de este día: "Cristo verdadero y único sacerdote, se ofreció como víctima de salvación y nos mandó perpetuar esta ofrenda en conmemoración suya".
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VIERNES SANTO
La tarde del Viernes Santo presenta el drama inmenso de la muerte de Cristo en el Calvario. La cruz erguida sobre el mundo sigue en pie como signo de salvación y de esperanza. Se recuerda la Pasión de Nuestro Señor: Su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Pero también recordamos el misterio del Crucificado, con el corazón del discípulo amado y de su Madre allí, junto a la Cruz. La veneración de la Santa Cruz que es presentada solemnemente a la comunidad.
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SÁBADO SANTO
Día del Silencio: La comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.
La Cruz sigue entronizada desde ayer. Central, iluminada, con un paño rojo, con un laurel de victoria. Dios ha muerto. Ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad.
Es el día de la ausencia. El Esposo nos ha sido arrebatado. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está callado. Después de su último grito de la cruz "¿por qué me has abandonado"?- ahora él calla en el sepulcro. Descansa: "consummatum est", "todo se ha cumplido".
Pero este silencio se puede llamar plenitud de la palabra. El Sábado está en el corazón mismo del Triduo Pascual. Entre la muerte del Viernes y la resurrección del Domingo, un mismo y único misterio, el misterio de la Pascua de Jesús: muerto, sepultado, resucitado.
Por la noche se lleva a cabo una vigilia pascual para celebrar la Resurrección de Jesús. Vigilia quiere decir “ la tarde y noche anteriores a una fiesta.”. En esta celebración se bendice el agua y encendemos las velas del Cirio Pascual, en señal de la Resurrección de Cristo, la gran fiesta de los católicos. "La 1uz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del espíritu"
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DOMINGO DE RESURRECCIÓN
También llamado Domingo de Gloria. Los cristianos celebran la Resurrección de Jesucristo tras haber
sido Crucificado. La Iglesia más pobre se reviste de sus mejores ornamentos, es la cima del año
litúrgico. Es el aniversario del triunfo de Cristo. Es la feliz conclusión del drama de la Pasión y la alegría inmensa que sigue al dolor. Y un dolor y gozo que se funden pues se refieren en la historia al acontecimiento más importante de la humanidad: la redención y liberación del pecado de la humanidad por el Hijo de Dios.