ENVÍO DEL CATEQUISTA.
Hace días comenzamos un nuevo curso. Y ahora también nuestras Catequesis se ponen en marcha. Por eso el domingo 15 de octubre a las 12,30 h y hemos querido celebrar comunitariamente la grandeza y la belleza de la vocación del catequista, con la Misa de Envío del Catequista, celebrada y presidida por nuestro párroco D. Germán. Los catequistas son un don y constituyen un gran regalo para toda la comunidad parroquial. Todos los bautizados hemos recibido la misión de evangelizar, y todos debemos ser corresponsables en esta tarea. Por lo que hemos querido tomar conciencia de esta misión que es de todos, pero que algunos, los catequistas, asumen de forma particular. Son enviados por la Iglesia para anunciar la Buena Nueva, y así ser partícipes de la misión de Jesús Maestro.
Nos reunimos siempre al comienzo del curso para festejar juntos este don, este regalo de Dios que es la vocación del catequista y tenemos que pensar que si todos nosotros estamos hoy aquí, es porque en algún momento de nuestra vida Dios nos ha llamado, de distintas maneras, y nos ha invitado; todos los cristianos estamos llamados a dar testimonio de Jesús, algunos son llamados para realizar en la Iglesia algo tan hermoso que es el acompañamiento en catequesis de quienes se inician, o están creciendo, en su fe y en su vida cristiana.
Tal vez, de muchas maneras muy distintas, el único Dios nos ha llamado a todos haciéndonos arder algo en el corazón para que esa Vida Nueva que de Jesús recibimos, no la mantengamos encerrada en el corazón, sino que la compartamos con alegría y humildad a los demás.
En este curso, manifestamos la necesidad, cada día más urgente, de transmitir la fe de la Iglesia a los más pequeños, y a los jóvenes de nuestra comunidad. Vivimos en una sociedad que, día a día, se va haciendo menos sensible a los valores cristianos. Por eso, tenemos que unirnos todos, padres, catequistas, para que la transmisión de la fe sea una realidad. Nuestra fe debe estar viva para transmitirla y para vivir los valores cristianos.