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HOMILÍA DEL DOMINGO 15º DEL TIEMPO ORDINARIO (16 julio 2017)


No soñamos, pues nuestro corazón está lleno de cosas, dinero, tierras… estamos sólo preocupados y agobiados por esto.

  1. Dios sí sueña en su Reino, que es el mundo reconciliado y unido.

  • Lo tenemos plantado en el corazón, como semilla que debe dar fruto.

  • Vivimos en otro mundo, no nos importa lo que Dios sueñe o quiera para nosotros.

  • Nos faltan valores e inquietudes para animarnos a luchar.

  • El consumo/dinero ahogan los sueños, pues sólo buscamos el beneficio, la usura, la especulación.

  1. El sueño de Dios puede realizarse en nosotros por la fuerza interior de la Palabra:

  • Acogida: abrir el corazón.

  • Responsabilidad: no romper la confianza de Dios.


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