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QUINARIO AL CORAZÓN DE JESÚS


DÍA PRIMERO: Explicación de la fiesta


  1. No te preocupes de amar a los enemigos, no te involucres con ellos, dales largas.

  2. Amad a los enemigos:

  • El discípulo no ha de ser enemigo de nadie; nadie ha de ser enemigo, aunque el otro quiera seguir siéndolo, y seguir odiando.

  • Hemos de purificar la mirada: no ver en nadie el rostro de un enemigo, sino como personas humanas y, mucho más, hermanos, iguales a nosotros.

  • Amar es tratar con afecto, acoger con afabilidad, gozar con el otro.

  • Rezarás por el enemigo, lo favorecerás y beneficiarás.

  • Por amor a Jesús.

  1. Sed perfectos, maduros, completos, el que cumple con lo que tiene que hacer y lo hace a fondo, como el Padre.

  2. La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida.

  • Y tanto nos ama, que sufre cuando su inmenso amor no es correspondido.

  • Esto significa que debemos vivir demostrándole a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino a la vida eterna.

  • Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él. De nosotros depende, ya que Él siempre nos está esperando y amando.

  • Debemos vivir recordándolo y pensar cada vez que actuamos: ¿Qué haría Jesús en esta situación, qué le dictaría su Corazón? Y eso es lo que debemos hacer.



DÍA SEGUNDO: Origen de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús


  1. Una de las expresiones de amor y predilección por los demás es dialogar muy a menudo con ellos. Cuanto mayor sea la amistad, más frecuentemente y profundo es el diálogo.

  2. ¿Cómo es el diálogo que tenemos con Dios?

  • La oración es un don de Jesús y una necesidad de los discípulos, pues somos hijos de Dios: la voz humana sube de la tierra al cielo confiando en Dios nuestro Padre.

  • La oración es el espacio de la sintonía y de la comunión entre Dios y sus hijos: más que un ritual, es un estilo, una escuela de vida, una manera de situarse en el hoy de cara al futuro, no sólo existiendo para Dios, sino sobre todo proyectados a nuestros hermanos.

  1. En estos días nos identifica la oración de amor al Sagrado Corazón de Jesús.

  • Santa Margarita María de Alacoque era una religiosa de la Orden de la Visitación. Tenía un gran amor por Jesús.

  • Se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres, y lo mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado.

  • Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con nuestros pecados.

  • El pecado nos aleja de Jesús y esto lo entristece, porque Él quiere que todos lleguemos al Cielo con Él. Nosotros podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.



DÍA CUARTO: Las promesas del Sagrado Corazón de Jesús


  1. Es necesario que veamos el amor de Dios en las lecturas de hoy: Dios elige a Israel y lo consagra como pueblo de su heredad porque lo ama; Dios envía a su Hijo y dona el Espíritu Santo porque Dios es amor; Dios revela los misterios del Reino a los sencillos y pequeños porque los ama. ¿Vemos el amor de Dios en toda nuestra vida?

  2. Es necesario que demos culto al amor salvífico de Cristo por nosotros, pues es la raíz de todas las gracias: don de la vida divina, filiación divina a través del bautismo, perfeccionada en la confirmación, nutrida en la eucaristía, recobrada en el perdón, y vertida abundantemente en todos los sacramentos, que derivan de la muerte y resurrección de Cristo, el acto supremo de amor.

  3. Mientras que de palabra decimos que creemos plena e incondicionalmente en el amor de Cristo, seguimos buscando afecto, apoyo, aceptación y elogios entre los demás, esperando de los humanos lo que sólo Dios nos puede dar: “Venid a mí…”

  • ¿Por qué deseo recibir con ansia recibir halagos y cumplidos de las demás personas, aun sabiendo de lo limitado y condicionado del corazón humano?

  • El corazón de Cristo está tan deseoso de amarme, tan inflamado de fervor, que me reaviva.

  1. Miremos el amor de Cristo: Jesús le prometió a Santa Margarita de Alacoque, que si una persona comulgaba los primeros viernes de mes, durante nueve meses seguidos, le concedería lo siguiente:

  2. Les daré todas las gracias necesarias a su estado.

  3. Pondré paz en sus familias.

  4. Los consolaré en todas las aflicciones.

  5. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.

  6. Bendeciré abundantemente sus empresas.

  7. Los pecadores hallarán misericordia.

  8. Los tibios se harán fervorosos.

  9. Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran perfección.

  10. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.

  11. Les daré la gracia de mover los corazones más endurecidos.

  12. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de Él.

  13. La gracia de la penitencia final: es decir, no morirán en desgracia y sin haber recibido los Sacramentos.

  14. ¿De qué manera queremos y colaboramos para recibir estas bendiciones de Cristo?



FIESTA DEL CORAZÓN DE JESÚS: Primeros viernes de mes


  1. El miedo es un sentimiento humano que todos experimentamos en la vida y nos paraliza, haciéndonos creer que no se puede hacer nada.

  2. Jesús envía al mundo a los apóstoles a anunciar el mismo mensaje de Cristo, un mensaje esperanzador para los pobres y descartados, lo que es revolucionario para el judaísmo y para todos los tiempos.

  • No debemos tener miedo a que los seres humanos podamos construir juntos una sociedad más libre, más justa, más respetuosa con la naturaleza.

  • Debemos generar dentro de nuestro corazón una energía que brota del amor a Jesucristo y que nos da audacia.

  • Debemos ser capaces de ver la realidad tal como es, desde los ojos de Dios, de confiar en Dios pues desea lo mejor para todos, de ser nosotros mismos para construir una sociedad más humana, pues otro mundo es posible.

  • Debemos renacer a la confianza pues estamos en las manos de Dios, que se preocupa siempre de sus hijos y nos ama irresistiblemente. Lo aparentemente más insignificante tiene una gran importancia para Dios. Debemos abandonarnos en la providencia de Dios.

  1. Confiemos en el amor de Cristo, visible en su Sagrado Corazón. Él continúa sufriendo por nuestros pecados y faltas de amor hacia él. Por lo tanto, realicemos la práctica fervorosa de los primeros viernes de mes, un don del Sagrado Corazón.

  • La Iglesia ha bendecido esta piadosa costumbre iniciada con las promesas de Jesucristo a santa Margarita María de Alacoque, indicando el espíritu de reparación y de conversión con que hay que vivirla: "Te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su Amor omnipotente concederá a todos los que comulguen los nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final" (Benedicto XV, en la bula de canonización de santa Margarita María de Alacoque recoge estas palabras de Cristo).

  • La comunión en estos primeros viernes de mes ha de llevar a una profunda renovación espiritual, como reparación por los pecados personales del mes precedente y como ayuda para vivir más unido a Cristo en el siguiente, y a incrementar la entrega al apostolado para la salvación de los hombres.

  1. Le decimos hoy al Sagrado Corazón de Jesús con confianza:

  • Dame ánimo para no negar que te conozco.

  • Dame fuerza para no acobardarme.

  • Dame la alegría de saber que estoy contigo.

  • Dame el valor de superar todos los respetos humanos y no avergonzarme del Evangelio.





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